Hace tiempo pinté "Recuerdos de acrobacia y de magia", un encargo de la Maga para la pequeña acróbata. Nuevamente la Maga me pidió un cuadro, y yo propuse que también fuera un poco conjuro.
Algo así como un cuadro mágico, por eso lo empecé como nunca empezaría un cuadro, pidiéndole a la Maga que diera la primera mano de pintura con sus manos. Ella sabe bien el motivo.
Aquellas manos se convirtieron en vestido, en cielo y en mar galego, porque aquí hay mucha magia y pálpitos, y porque el cuadro va de eso.
La luna siempre acompaña a aquellas personas
que saben escuchar e interpretar el sutil aire Atlántico.
El barco, los árboles, las libélulas y todo lo demás, tiene un sentido pero es secreto, pues la historia es de ellas.
Gracias a la Maga o Meiga por confiarme otra historia de tu vida.
Pálpito en luna creciente, pintura acrílica sobre tela, verano de 2017.
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