La periodista Carmen Aristegui fue despedida de su trabajo en MVS radio, porque en su programa del viernes 4 de febrero indagó sobre el posible alcoholismo de Felipe Calderón, ya que estaba comentando la noticia de que en el Congreso de la Unión algunos representantes del PT (partido del trabajo) desplegaron una manta que decia: ¿Tu dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?
Carmen Aristegui solicitó, a mi parecer, de manera correcta, que se emitiera un comunicado oficial en respuesta a dicho mensaje.
La razón del despido, según argumenta en MVS radio, es que no se puede subir a categoría de noticia (hecho comprobado y contrastado) un rumor. Pudieron decir cualquier tontería para argumentar lo que no tiene ni pies ni cabeza.
Si un periodista no respeta el código ético, o la línea editorial de la empresa en la que trabaja, supongo yo, que al no tratarse de una tiranía ni un regimen "ultra", siempre hay métodos más ortodoxos y constructivos para señalar una falta, si se considera que la hubo, no el despido.
Hay un tufillo, más bien a censura presidencial o de dictadura tiránica, no de un país democrático y vanguardista, que cuida la libertad de expresión de su pueblo.
Suponiendo que efectivamente, Calderón tenga un problema con la bebida, pues habrá que tratarlo sea o no sea presidente, es una cuestión personal de calidad de vida. Como enfermedad debe tratarse, como adicción. Cualquier persona que puede llevar y controlar dicha enfermedad puede hacer su vida normal.
Pero afirmaciones, negaciones, argumentos y comunicados deben darse de manera abierta, sin censura. Como dice la sabiduría popular: Cuando el río suena, agua lleva.
Mientras tanto habrá que tomarse una copita a la salud de nuestro presidente.
Carmen Aristegui solicitó, a mi parecer, de manera correcta, que se emitiera un comunicado oficial en respuesta a dicho mensaje.
La razón del despido, según argumenta en MVS radio, es que no se puede subir a categoría de noticia (hecho comprobado y contrastado) un rumor. Pudieron decir cualquier tontería para argumentar lo que no tiene ni pies ni cabeza.
Si un periodista no respeta el código ético, o la línea editorial de la empresa en la que trabaja, supongo yo, que al no tratarse de una tiranía ni un regimen "ultra", siempre hay métodos más ortodoxos y constructivos para señalar una falta, si se considera que la hubo, no el despido.
Hay un tufillo, más bien a censura presidencial o de dictadura tiránica, no de un país democrático y vanguardista, que cuida la libertad de expresión de su pueblo.
Suponiendo que efectivamente, Calderón tenga un problema con la bebida, pues habrá que tratarlo sea o no sea presidente, es una cuestión personal de calidad de vida. Como enfermedad debe tratarse, como adicción. Cualquier persona que puede llevar y controlar dicha enfermedad puede hacer su vida normal.
Pero afirmaciones, negaciones, argumentos y comunicados deben darse de manera abierta, sin censura. Como dice la sabiduría popular: Cuando el río suena, agua lleva.
Mientras tanto habrá que tomarse una copita a la salud de nuestro presidente.
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