Soy mexicano, pero si mi opinión sobre España influyera para hacer que la situación económica y de confianza (a ojos de los inversores, de los mercados y de otras economías) mejorara, indudablemente mis palabras irían por la dirección positiva y con el afán de ayudar. Supongo que este lógico razonamiento lo haría cualquier político español al tener que hablar de la situación económica de su país, y más si es el portavoz del principal partido de oposición. Pues no es así. González Pons, el portavoz del partido popular hace unos días, frente a los medios de comunicación hizo un comentario impertinente, fuera de lugar y con mucha "jiribilla":
Después de decirlo se quedó tan tranquilo, sin demostrarlo con evidencias, lo soltó así nada más, sin argumentar, sin papeles en la mano o con datos que abalaran su discurso.
Tiró piedras en su propio tejado, eso no es ejercer la oposición, eso se llama meter el dedo en la llaga, en mi tierra dirían: ni picha, ni cacha, ni deja batear.
"Nos gustaría que lo que diga el Gobierno de España sea la verdad, toda la verdad; exigimos que diga la verdad y que no mienta como nos tiene acostumbrados"
"No trate a los españoles como niños"
"No trate a los españoles como niños"
"Hubo ataques especulativos contra Grecia, porque Grecia había mentido; hubo ataques especulativos contra Irlanda y ahora va a tener que decir otra verdad; nos gustaría que lo que diga el Gobierno de España sea la verdad, toda la verdad y que no mienta" "Paro insoportable e inaceptable", sin "crédito internacional y con una economía camino del estancamiento". Y hay que decirlo porque "mal protegen a España quienes mienten a los españoles con el pretexto de salvarla".
(En el País)
El secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha exigido hoy al Gobierno que diga la verdad en lo que respecta al coste de la deuda soberana y no haga como Grecia, que mintió sobre los ataques especulativos o Irlanda, que según él, parece que va a tener que decir "otra verdad". (Agencia EFE).(En el País)
Después de decirlo se quedó tan tranquilo, sin demostrarlo con evidencias, lo soltó así nada más, sin argumentar, sin papeles en la mano o con datos que abalaran su discurso.
Tiró piedras en su propio tejado, eso no es ejercer la oposición, eso se llama meter el dedo en la llaga, en mi tierra dirían: ni picha, ni cacha, ni deja batear.
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