17 ago 2010

Agua y fuego

Tinta de chopo con tinta china sobre papel


El día 16 de agosto es el día de San Roque, santo patrono de Vilagarcía de Arousa y de medio España.


Hace más de treinta años que esta fecha es celebrada por todos los vecinos de Villa, mojándose los unos a los otros.

Sucede de la siguiente manera: a las 11:45 de la mañana sacan al san Roque de la parroquia del pueblo, la gente que se cuenta por miles lo espera afuera de la iglesia, al verlo salir le aplauden y cantan al unísono: "San Roque, san Roque, san Roque es cojonudo, como san Roque no hay ninguno".

La procesión que lleva al santo va acompañada de los gaiteiros y la banda municipal. La figura de san Roque a cada paso, parece bailar al ritmo de los aplausos y la música carnavalesca. Recorre las principales calles hasta llegar a la capilla que lleva su nombre, ahí lo dejan, para que a continuación el pregonero, que generalmente es un actor o personalidad de la comarca, dirija unas palabras a los miles de congregados y tire el primer cubo de agua, al que secundan los bomberos, las peñas, y los vecinos desde los balcones.
El agua corre y corre mojando a todos durante algunas horas. Esto se hace de manera ordenada, regulada y delimitada por las "zonas húmedas".

No me había tocado disfrutar de la fiesta del Agua, había visto muchas fotos y de manera oral sabía en qué consistía. Desde luego no puedo ocultar mi desacuerdo en todas las fiestas que implican desperdicio, o sacrificio de algo, llámese vino, agua, tomates, cabras o toros. En el caso de aquí la cantidad de agua es impresionante. Estas ideas, llamémosle ser aguafiestas (nunca mejor dicho) son más poderosas que yo pues, al venir de un sitio donde se debe racionar el agua en verano y en ocasiones en primavera, me pesa bastante.

Pero hay varios detalles para contextualizar, esta zona junto con Asturias y un poco más allá, es como la esponja que absorbe agua durante todo el año, para distribuirse por buena parte del territorio español, porque aquí por lo general llueve un día sí y el otro también. Por otro lado el verano dura muy poco, y con él, el tiempo de recreo al aire libre. El otoño y el invierno al ser tan duros condicionan las actividades en el exterior y la covivencia entre la gente.

Decidí unirme a la fiesta y vivirla en primera persona, dejé que me mojarán desde todos los ángulos y direcciones posibles, esperé al sol para secarme y disfruté mucho de la alegría de todos. Supongo que esa es la respuesta que buscaba para entender algo obvio, para el ser humano es fundamental la alegría, la euforia, la risa, la diversión; para cargar el espíritu de color y luz antes de que venga el gris azulado y verdoso con la luz filtrada de las nubes del resto del año.

Pasó algo curioso, mientras todos nosotros éramos mojados y felices, a unos cuantos kilómetros frente a la costa de Vilagarcía, los montes y árboles de Boiro se quemaban y sólo unas días antes habían muerto dos brigadistas acorralados por el fuego.

Las fiestas continúan hasta la próxima semana, lo que aún no sabemos es si nos racionarán el agua porque con tanto calor han disminuido los niveles del embalse que abastace a la ciudad.

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