La idea de hacer este mural-escenografía fue de mi padre y de mi hermano Dani, al que se sumaron entusiasmados las maestras de Daniel y los niños del Colegio Azteca. Hicimos un taller de dos horas, donde con la ayuda de las maestras, de mi padre, de mi hermano y de los niños, Martha y yo pudimos pintar las escenografías para la pastorela de navidad.
Los padres de los niños y las maestras pusieron las pinturas, mi padre les llevo la tela, brochas y demás materiales.
Distribuimos a los niños por el perímetro de la tela, les preparábamos los distintos colores cuando requeríamos que fueran tonos precisos para zonas específicas, cuando no era necesario, solo indicábamos lo que había que hacer, pero los colores eran elección de ellos o en otras ocasiones solo les pedíamos por ejemplo: -pintar bichitos- y cada quien hacía lo que su cabecita loca le dictaba.
Quedamos muy satisfechos, nos divertimos, nos ensuciamos mucho, como debe de ser.
Nos sentimos conmovidos por la gratitud de la gente, por el entusiasmo. Porque a pesar de que terminamos la actividad entre las cuatro y las cinco de la tarde, todos teníamos mucha hambre y sed, pero no nos importó porque la pasamos muy bien.
Los padres de los niños y las maestras pusieron las pinturas, mi padre les llevo la tela, brochas y demás materiales.
Distribuimos a los niños por el perímetro de la tela, les preparábamos los distintos colores cuando requeríamos que fueran tonos precisos para zonas específicas, cuando no era necesario, solo indicábamos lo que había que hacer, pero los colores eran elección de ellos o en otras ocasiones solo les pedíamos por ejemplo: -pintar bichitos- y cada quien hacía lo que su cabecita loca le dictaba.
Quedamos muy satisfechos, nos divertimos, nos ensuciamos mucho, como debe de ser.
Nos sentimos conmovidos por la gratitud de la gente, por el entusiasmo. Porque a pesar de que terminamos la actividad entre las cuatro y las cinco de la tarde, todos teníamos mucha hambre y sed, pero no nos importó porque la pasamos muy bien.
La idea que pintamos en una de las telas fue, hacer dos árboles unidos por sus ramas, representando con esto la unión o mezcla de culturas. Los niños se encargaron del hacer el fondo del cielo azul y con sus manos simular las hojas, de hacer los bichitos y las aves.
Mi hermano y una amiguita suya, les pedimos que nos escribieran su nombre, edad y su opinión sobre la actividad.
El día de la pastorela nos dieron nuestros reconocimientos por participar en la actividad, y ese mismo día unas horas después nos fuimos a Guadalajara, ojala podamos volver pronto a México y que coincida también poder hacer más actividades de este tipo.
2 comentarios:
Profe con este post recordé aquellos tiempos en los que usted nos tenia la misma paciencia a toda la bola. Hasta nos daba sus sábados para asegurar que todos aprendiéramos bien.
Mario, no recordaba eso que díces, tienes razón, pero lejos de ponerse a pintar creo que bebian(mos) café y conversabamos , no? La pasaba bien con ustedes.
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