Grabé las últimas cien pinceladas que Martha le daba al políptico de Vilahorizontal que se nos ocurrió para uno de los muros del auditorio para la expo que estabamos preparando. Es una vista panorámica de Vilagarcía de Arousa, usando la amplia experiencia de Martha con los paisajes y su sutil proceso de abstracción en color y forma, generamos el horizonte virtual de una ciudad que se podría ver como la representamos pero solo cerrando los ojos e imaginándolo. Al terminar de representar el paisaje, yo lo intervine con los símbolos que uso y con mis imágenes recurrentes. El resultado es un sencilla metáfora de como el ser humano camina y existe en determinado tiempo y espacio, y al pasar deja un poco de si mismo y se llevo otro poco del todo que lo rodea.
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