Llevamos desde que inició el año intentando organizar nuestra exposición de pintura en el auditorio de Vilagarcía, teníamos fecha para mayo, después no la pospusieron para julio y finalmente la fecha de la inauguración será el 24 de julio, viernes. Ahora que ya tenemos fecha, cedimos una semana del tiempo de la obra expuesta porque el funcionario que lleva el espacio encimó las exposiciones y pidió su baja por depresión.
Llevamos seis meses preparando la obra, las ideas, haciendo fotos, bocetos y cotorreando el punto Martha y yo. Estos últimos meses que son cuando hay que apretar el paso y disciplinarse a pintar más horas que de costumbre, han sucedido cosas que hacen sentir profundamente la condición humana y otras que pueden ser triviales pero finalmente cedes a lo que te recuerda o remite, solo que todo eso que vives irremediablemente se hace color, trazos, indiferencia, manchas que controlas, manchas que no controlas, formas, incertidumbre, depresión, entusiasmo y al final acabas preguntando lo mismo ¿para qué?.
Lo primero fue la gripe, con un pueblo mexicano que es tan chingón, que hizo sus chistes y protagonizó imagenes tan impactantes como: la gente en metro enmascarada, calles solitarias, la gente encerrada en casa y haciendo vida cibernética.
La irremediable lejanía silenciosa de mi Azulilla, de mi madre, de mi padre, de los amigos, del Yamil y del aroma de Guadalajara y Nayarit en estos tiempo de verano lluvioso.
El paulatino encarnamiento de Galicia en mis ojos, oídos, piel, sueños y visiones. Que ha entrado tan profundamente esta tierra en mi cabeza. Que me invita a usar verdeslLEIRA, grises DE RIA y azulIÑOS
Después Jose nos invitó a pintar su restaurante y hablamos de México y con México hasta por lo codos, recordamos mucho Nayarit... Viajamos mucho en tren, comimos muchos totopos y salsas.
Las imagenes de mucho tiempo atrás diseñadas y soñadas por Huicholes, quedaron pintadas sobre piedras gallegas radioactivas a dos metros bajo el nivel del mar. Junto a un bello jardín Zen de cactus y plantas nativas mexicanas que sobreviven con muchos trabajos a la humedad gallega.
Caminar por la playa y ver ahí como si "todo" hubiera decidido ser amarillo y flor, estaba para el que quisiera mirar hacia bajo un hermosísima flor con sus pétalos hacia el mar, le tomé una foto.
Pero lo que dasafortunadamente sucedió y que por consecuencia hace que se te volque lo que piensas y sientes.
La semana pasada, la tía Sara (galego - venezolana) de Marta murió. Y cuando alguien que quieres muere, porque aunque solo conviví un año con ella,nos tomamos cariño, acabas recordando a todos tus muertos y a todos tus vivos.
Con las idas y salidas de este mundo, también hay llegadas, como la de los primos de Marta que de tanto luchar para construir y de paso hacer callar ya no saben vivir de otra manera, cosa que a nosotros también nos pasa. Afines en muchas cosas, disfrutamos su breve presencia.
Llevamos seis meses preparando la obra, las ideas, haciendo fotos, bocetos y cotorreando el punto Martha y yo. Estos últimos meses que son cuando hay que apretar el paso y disciplinarse a pintar más horas que de costumbre, han sucedido cosas que hacen sentir profundamente la condición humana y otras que pueden ser triviales pero finalmente cedes a lo que te recuerda o remite, solo que todo eso que vives irremediablemente se hace color, trazos, indiferencia, manchas que controlas, manchas que no controlas, formas, incertidumbre, depresión, entusiasmo y al final acabas preguntando lo mismo ¿para qué?.
Lo primero fue la gripe, con un pueblo mexicano que es tan chingón, que hizo sus chistes y protagonizó imagenes tan impactantes como: la gente en metro enmascarada, calles solitarias, la gente encerrada en casa y haciendo vida cibernética.
La irremediable lejanía silenciosa de mi Azulilla, de mi madre, de mi padre, de los amigos, del Yamil y del aroma de Guadalajara y Nayarit en estos tiempo de verano lluvioso.
El paulatino encarnamiento de Galicia en mis ojos, oídos, piel, sueños y visiones. Que ha entrado tan profundamente esta tierra en mi cabeza. Que me invita a usar verdeslLEIRA, grises DE RIA y azulIÑOS
Después Jose nos invitó a pintar su restaurante y hablamos de México y con México hasta por lo codos, recordamos mucho Nayarit... Viajamos mucho en tren, comimos muchos totopos y salsas.
Las imagenes de mucho tiempo atrás diseñadas y soñadas por Huicholes, quedaron pintadas sobre piedras gallegas radioactivas a dos metros bajo el nivel del mar. Junto a un bello jardín Zen de cactus y plantas nativas mexicanas que sobreviven con muchos trabajos a la humedad gallega.
Caminar por la playa y ver ahí como si "todo" hubiera decidido ser amarillo y flor, estaba para el que quisiera mirar hacia bajo un hermosísima flor con sus pétalos hacia el mar, le tomé una foto.
Pero lo que dasafortunadamente sucedió y que por consecuencia hace que se te volque lo que piensas y sientes.
La semana pasada, la tía Sara (galego - venezolana) de Marta murió. Y cuando alguien que quieres muere, porque aunque solo conviví un año con ella,nos tomamos cariño, acabas recordando a todos tus muertos y a todos tus vivos.
Con las idas y salidas de este mundo, también hay llegadas, como la de los primos de Marta que de tanto luchar para construir y de paso hacer callar ya no saben vivir de otra manera, cosa que a nosotros también nos pasa. Afines en muchas cosas, disfrutamos su breve presencia.
Por último la noche de San Juan que está llena de magia, y "del fuego de la noche", diría Aguilera (de la Barranca), que lo purifica todo, que lo renueva todo, que nos da calor y luz.
Fue la noche que no pudo ver Sara, pero nosotros sí, sus hijos, su nuera y nuero y su nieto también. La muerte nos hace regresar la vista a la vida.
Y a nosotros nos gusta vivir pintando, ojala estos tiempos, los vivos y los muertos nos lo permitan.
Fue la noche que no pudo ver Sara, pero nosotros sí, sus hijos, su nuera y nuero y su nieto también. La muerte nos hace regresar la vista a la vida.
Y a nosotros nos gusta vivir pintando, ojala estos tiempos, los vivos y los muertos nos lo permitan.
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