En las noches cuando salimos a beber café, llega a nuestra mesa un joven de color (Africano) y con una sonrisa nos extiende su mano y nos muestra los Cd´s "piratas" que vende de bar en bar, no dice ni una palabra, solo sonríe y estira la mano, como no le compramos se da la vuelta y se va.
Una noche de tantas que apareció el joven, en la mesa de enfrente, conversaban 8 oriundos de Vilagarcía, se acercó y una de las mujeres giro la cara para no verlo y evidentemente los demás pasaron de él.
Después de visitar todas las mesas, se fue caminando como cojeando y con su mochila llena de Cd´s.
A pesar de haber vivido en Jalisco y Nayarit que tienen problemas tan fuertes de migración, realmente nunca me sentí cercano a este tema. Ahora que llevo un mes con quince días en España, buscando trabajo, con poco dinero (-bueno sin dinero-), llevando con temor mi curriculum a todo lugar que se me ocurre y muy pero muy lejos de mi familia, de mi hija y de mis amigos. Me di cuenta que el chico africano y yo, somos exactamente lo mismo. Con la diferencia de que Marta y su familia me ayudan a estar aquí y no me falta ni donde dormir, ni que comer, ni amor. Supongo que a él lamentablemente sí. Verdaderamente lamento ver al chico parado frente a una mesa, al gallego siendo grosero con él, al mexicano sentado pensado en el africano y maldiciendo al gallego, beber un café de un euro mientras el chico africano se va y no tengo idea de si podrá comer o beber un café en las próximas veinticuatro horas y lo único que puedo hacer al respecto es escribirlo aquí, dibujarlo, sonreirle cuando lo veo y seguir pensando en él.
Una noche de tantas que apareció el joven, en la mesa de enfrente, conversaban 8 oriundos de Vilagarcía, se acercó y una de las mujeres giro la cara para no verlo y evidentemente los demás pasaron de él.
Después de visitar todas las mesas, se fue caminando como cojeando y con su mochila llena de Cd´s.
A pesar de haber vivido en Jalisco y Nayarit que tienen problemas tan fuertes de migración, realmente nunca me sentí cercano a este tema. Ahora que llevo un mes con quince días en España, buscando trabajo, con poco dinero (-bueno sin dinero-), llevando con temor mi curriculum a todo lugar que se me ocurre y muy pero muy lejos de mi familia, de mi hija y de mis amigos. Me di cuenta que el chico africano y yo, somos exactamente lo mismo. Con la diferencia de que Marta y su familia me ayudan a estar aquí y no me falta ni donde dormir, ni que comer, ni amor. Supongo que a él lamentablemente sí. Verdaderamente lamento ver al chico parado frente a una mesa, al gallego siendo grosero con él, al mexicano sentado pensado en el africano y maldiciendo al gallego, beber un café de un euro mientras el chico africano se va y no tengo idea de si podrá comer o beber un café en las próximas veinticuatro horas y lo único que puedo hacer al respecto es escribirlo aquí, dibujarlo, sonreirle cuando lo veo y seguir pensando en él.
1 comentario:
Por suerte o por desgracia (así decía mi abuelo) creo que tienes más suerte que el africano de los cd's porque tienes ALGO más que donde comer y dormir...
Lo más triste es ser testigo directo de como actúa la mayoría de la gente ante él, ante tí, y ante mí...
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