2 nov 2010

La Bestia come humanos

Tinta de chopo con tinta china sobre papel

En México la muerte es: colega, consejera, compañera, sombra, es santa y tiene su día. "Dicen que la muerte, anda tras mis huesos, si es así la espero, pa darle sus besos y sino me alcanza la muy condenada, me espero un ratito, pa verla enojada" cantaba Rodrigo González.

Pero la muerte también va tras los huesos de todo aquel que cruce sus tierras y es entonces cuando ya no es tan amiga, más bien es cruel. Se disfraza de soldado, de migra, de ladrón, de paramilitar, de coyote o de la Bestia. Es así como le llaman al tren de mercancías que cruza gran parte de México y que usan los migrantes centroamericanos para cruzar el país y llegar a la frontera con Estados Unidos.

El camino de la Bestia es un largo camino sembrado de cadáveres y extremidades arrancadas a "hermanos latinoamericanos" cargados de sueños, esperanzas e ilusiones.

Es paradójico que un pueblo como el mexicano, con tanta necesidad de tierras lejanas para vivir dignamente, sea el purgatorio de aquellos pueblos que deben cruzar nuestro territorio para satisfacer la misma necesidad.

Es curioso pero, estando en México nunca supe de la Bestia y su calvario, prefiero creer que estaba mal informado por cuenta propia y no por la ayuda de medios de comunicación censurados.

Un historia tristísima, otra historia de muertos anónimos. En un país que en sus fronteras y en la ruta de la Bestia debería erguir un inmenso altar para por lo menos, por un noche rendirles culto a esos muertos, que ahora son nuestros muertos.

En la revista Proceso se puede leer un amplio reportaje, hecho a partir de un documental donde se narra este largo y trágico peregrinar.


“La Bestia”
Óscar Martínez / Cronista del proyecto En el camino

Viajar en tren como polizón es indignante. Allá arriba se te ocurren decenas de preguntas absurdas: ¿por qué vamos colgados del techo si los vagones viajan vacíos? ¿Por qué no puede ir más despacio? ¿Nadie nos va a proteger de ese asalto? ¿Qué terrible historia obligó a los que me rodean a montar sobre La Bestia? ¿Y por qué este viaje aterrador, nocturno y veloz termina por engancharte? Éste es el camino por excelencia del centroamericano indocumentado. Éste es su medio de transporte, éstos sus asaltantes y éstas las vías donde las ruedas de acero han amputado piernas, brazos, torsos, cabezas. Migrantes. Leer más

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