Avión cargado de humanidad, 30 x 30cm, acrílico sobre tela.
Todas la veces que hemos entrado a Cáritas de Vilagarcia de Arousa resulta un viaje, que con un poco de imaginación cobra dimensiones escandalosas. Al entrar hay un corcho con recados, ofertas de empleo, recomendaciones y gente que se ofrece para tal o cual actividad. Uno de los días que fuimos a llevar un cuadro había una orden de alejamiento de 100 metros pegada en el corcho, donde decía que debía acatarla "fulano de tal" por agredir verbalmente a uno de los curas. Hay unas grandes mesas con montones de sillas, todo muy limpio, viejo pero limpio.
La cocina siempre huele bien, hay dos señoras amables y con uniformes blancos cocinando desde temprano en unas cazuelas y potas enormes de acero inoxidable. Justo al lado de la cocina está una escalera que lleva a las oficinas, bodegas y aseos. En el baño de Cáritas te puedes ir a duchar respetando cierto horario, puedes ir a buscar ropa y calzado. Y esa es una de las imágenes más sorprendentes que hay en ese sitio; un largo tubo de metal con cientos de chaquetas, camisas y cualquier prenda que te imagines, y abajo de la ropa, cajas y cajas llenas de zapatos, juguetes y demás chunches, hay armarios, torres formadas con bolsas de ropa; todo está apretujado y huele entre humedad, viejo y limpio.
Los que trabajan ahí tienen la expresión tranquila como del que sabe que hace algo bueno, pero también dura o apretada; supongo de ver y saber los casos de la gente que llega a pedir su ayuda.
Algún día nos encontramos a un joven, es el que me pide cigarros, venía de comer en Cáritas, llevaba un bolsa en la mano derecha y nos mostró su contenido explicándonos cada una de las cosas, había galletas, yogures, jugos (Zumos) de sabores, leche, atún y muchos otros alimentos, el motivo de llevarlo todo junto en esa bolsa era porque Cáritas cerraría un par de días, los que corresponden a la fiestas del pueblo, en el verano en San Roque. Así no pasaría hambre ese par de días.
Olvidé decir que antes de salir de las instalaciones de Cáritas lo último que ves es un maravilloso cuadro donde Indigentes, Viejitos pensionados, Gitanos, Vagabundos, Adictos y los Voluntarios que ayudan en el comedor, comen ,beben y pasan otro día más juntos y con la panza (barriga) llena, es una obra de Estanga pintor venezolano que aún no se le hace mucha justicia por estas tierras.
En estos tiempos donde todos somos candidatos por una u otra razón a recurrir a Cáritas para no pasar hambre (como le ha ocurrido a muchos españoles y residentes sin empleo), pinté un avión sin fondo, ni límites para que desde el aire deje caer todo aquello que necesitemos. Es como la gente de Cáritas, un avión lleno de humanidad.
Invitación:
La cocina siempre huele bien, hay dos señoras amables y con uniformes blancos cocinando desde temprano en unas cazuelas y potas enormes de acero inoxidable. Justo al lado de la cocina está una escalera que lleva a las oficinas, bodegas y aseos. En el baño de Cáritas te puedes ir a duchar respetando cierto horario, puedes ir a buscar ropa y calzado. Y esa es una de las imágenes más sorprendentes que hay en ese sitio; un largo tubo de metal con cientos de chaquetas, camisas y cualquier prenda que te imagines, y abajo de la ropa, cajas y cajas llenas de zapatos, juguetes y demás chunches, hay armarios, torres formadas con bolsas de ropa; todo está apretujado y huele entre humedad, viejo y limpio.
Los que trabajan ahí tienen la expresión tranquila como del que sabe que hace algo bueno, pero también dura o apretada; supongo de ver y saber los casos de la gente que llega a pedir su ayuda.
Algún día nos encontramos a un joven, es el que me pide cigarros, venía de comer en Cáritas, llevaba un bolsa en la mano derecha y nos mostró su contenido explicándonos cada una de las cosas, había galletas, yogures, jugos (Zumos) de sabores, leche, atún y muchos otros alimentos, el motivo de llevarlo todo junto en esa bolsa era porque Cáritas cerraría un par de días, los que corresponden a la fiestas del pueblo, en el verano en San Roque. Así no pasaría hambre ese par de días.
Olvidé decir que antes de salir de las instalaciones de Cáritas lo último que ves es un maravilloso cuadro donde Indigentes, Viejitos pensionados, Gitanos, Vagabundos, Adictos y los Voluntarios que ayudan en el comedor, comen ,beben y pasan otro día más juntos y con la panza (barriga) llena, es una obra de Estanga pintor venezolano que aún no se le hace mucha justicia por estas tierras.
En estos tiempos donde todos somos candidatos por una u otra razón a recurrir a Cáritas para no pasar hambre (como le ha ocurrido a muchos españoles y residentes sin empleo), pinté un avión sin fondo, ni límites para que desde el aire deje caer todo aquello que necesitemos. Es como la gente de Cáritas, un avión lleno de humanidad.
Invitación:
Pintado para la exposición de Cáritas en su 30 aniversario que se inaugurará el 13 de noviembre a las 8:30 pm en la sala Rivas Briones de Vilagarcía de Arousa, el 50% de la obra va para ellos.
Este evento lo organiza el fotógrafo José Luiz Oubiña junto con los de Cáritas.
Este evento lo organiza el fotógrafo José Luiz Oubiña junto con los de Cáritas.
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