28 ene 2008

Elewàzul


Vino por el sur, para llevarme. Me enseñó la cantidad de azúcar de un papa, del arroz; como pronunciar “ascensor” correctamente, por lo menos una veintena de días de santos y otra veintena de nombres de pescados y mariscos, conocí la temperatura del Atlántico por lo menos de oídas. Ahora sé como pintarme el pelo de azul, como hacer una maleta y como quitarme el cosquilleo de una pierna dormida.

Ahora intuyo lo que son ocho mil kilómetros y puedo ver más azules además de el de mi hija y el mío.

Tengo la cicatriz de freír pulpos en mi mano. Me vuelven a sorprender los aviones y helicópteros cuando pasan sobre mi cabeza. Ahora recuerdo los 18s, 19s, 20s, 22s y 14s de cada mes, los domingos me saben perezosos, me pierdo en la cobijas, me pierdo en la soledad sin soledad. Camino apenas las calles de Tepic.

Estas son las razones y todas las demás que no se ven por lo que pinté, todo lo que pinté. Que al final es solo el transcurrir del tiempo y del amor sobre mí.

Gracias Martuchis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias a ti por escribirme esto y todolodemásquenoseve...

Y que Elewá nos siga llevando y trayendo por los mejores caminos... pintando de Azul y de mil colores más...

Martuchis.

Anónimo dijo...

Son cosas muy lindas las q pones y cosas q Marta ya necesitaba sentir: gracias por descubrirselas y por cuidarla cuando no la teníamos aqui.

Te mandamos a Marthazul y nos has devuelto a Martuchis.

Nos conoceremos pronto, hasta entonces un saludo.

Susana 8'80 jejeje