Tríptico de ángel y Cecilia, óleo sobre tela 100 x 200cm aprox, Ciudad de México, verano de 1998
De 1997 a 1998 viví en Puebla con mi padre, porque mi mamá y Yamil (su pareja de entonces) se habían mudado de Tepic a Ciudad de México, para que él estudiara una maestría. Cuando terminé el bachillerato por mi cuenta en el sistema abierto de la SEP, había qué decidir dónde irme a estudiar arquitectura, me decanté por intentarlo en la U de G.
Mientras organizábamos todo para volver e irnos de la casa de Satélite (en CDMX) donde vivían ellxs: Pasé ahí, ese verano de 1998, con la televisión transmitiendo todo el tiempo el Mundial de Fútbol de Francia, entonces fue que me hicieron uno de mis primeros encargos "oficiales" de pintura de gran formato, no quise cobrar nada, solo los materiales y me quedé de propina lo poquito que sobró.
Cecilia, hermana de mi madre, quería un retrato con un ángel, lo resolví en un tríptico. La casa de Satélite donde estaba es muy grande (como las hacían a finales de la década del 70), me llevé mi caballete a la terraza de abajo, frente al jardín, en una especie de salón de fiestas abierto, y me puse a pintar, debí trabajar un par de semanas o más, pintaba casi todo el día, mientras la luz me lo permitiera. Fue una experiencia maravillosa, ya no tenía pendientes, el bachillerato lo había sacado con buenas calificaciones, para el examen de la universidad estaba bien preparado, había estudiado varios meses antes. Solo tocaba pintar y disfrutar.
Lo pinté
con óleo, hace mucho tiempo que lo dejé, ahora uso
acrílico, acuarela, tintas o lápices de color. Me gustó cómo quedó, solo tenía miedo de que ella no le gustara. Tenía 17 años cuando lo hice, se nota la influencia del pintor poblano Ramos Ruiz, que durante mucho tiempo fue mi referencia.
Hicimos una cena para entregar el cuadro, fue emocionante, lo dejamos frente al comedor tapado con una manta y lo descubrimos. Le gustó mucho, aún le gusta, lo colgó ahí en su nuevo departamento, 27 años después sigue con los tonos intensos, no lo he visto en vivo, solo en fotos, pero parece que ha aguantado bien.
Y aquí seguimos, siempre dispuesto a hacer un encargo, pero sin prisa.
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