3 feb 2023

Las dos Fridas de Lucía

 Las dos Fridas de Lucía. Acrílico sobre lienzo, 22 x 16 cm. Dedicado a Lucía Maya. Invierno del 2023. Y su precio es de 85€.

A principios de la década del 90, iba muchas veces a Tepic, ahí vivía (vive) el que fue pareja de mi mamá. Por alguna razón, mucha más gente familiar o conocida fue a probar suerte allá, incluso mi mamá tiempo después también lo hizo. Una de las tantas veces que andaba por ahí, Margarita una buena amiga de ellos, me invitó a tomar un café en un lugar llamado Pat Pac´s en el centro de la ciudad. Ella sabía, porque lo veía, que me encantaba pintar y dibujar, todo el tiempo lo hacía, por ese motivo contaban la historia de un pintor, al que su esposa le dijo, si quieres hacerlo en serio, debes pintar ocho horas diarias (en ese entonces esa historia me impresionaba y me tentaba, ahora no). Margarita me apoyaba en la medida de sus posibilidades con mi "afición" por la pintura y el dibujo. Mientras nos servían las bebidas mirábamos libros, porque también era librería, y en el apartado de libros de segunda mano, Margarita encontró (un libro que ha sido muy especial en mi vida) "Figuraciones y desfiguros de los 80's" de Carlos Emerich, lo alzó y me dijo ven a ver esto. Sin darle más vueltas me lo compró.

 

El libro me resultó inspirador, la estructura es muy sencilla, pero ha sido el germen de muchas cosas que he hecho. Carlos Emerich es crítico de arte, para hacer la publicación entrevistó a pintores y pintoras jóvenes, que en ese momento (finales de la década del 80) vivían o desarrollaban su trabajo en ciudad de México. Primero los entrevistaba una a una en sus estudios y en el capítulo final, hace como una tertulia, donde se reúnen en algún lugar y entre todos y todas intercambian impresiones de sus incipientes carreras. Me hacía gracia porque todos querían vender como lo hacía Rufino Tamayo.

 

El libro lo leí varias veces y vi una y otra vez, las obras de las autoras que intervienen. Con el tiempo me he quedado con dos nombres, Nahum B. Zenil y Lucía Maya. De Zenil vi su obra cuando viví en Puebla. De Lucía Maya cuando viví en Guadalajara.

 

En el libro de "Figuraciones y desfiguros de los 80's" la obra de Lucía eran dibujos, litografías y grabados, blanco y negro y un poco de color. La temática era Frida Kahlo, en posiciones y situaciones que resultaban novedosas por salirse del imaginario colectivo que tenemos de ella. Pero también recurría a mujeres con vestidos largos y muñecas dibujadas o pintadas sobre papel. Su trabajo era precioso, minucioso e inquietante.

 

Cuando conocí a Lucía Maya y pude hablar con ella, le conté del libro y de lo especial que fue para mí leerla a ella y a sus colegas cuando comenzaban en el oficio. Ella simbolizaba lo factible que podía ser ese camino, a los quince años leí su entrevista, a los veintitrés la conocí en persona, en ese momento, una artista con más de dos décadas en el oficio. Conocí su taller, su casa, sus esculturas, sus proyectos, su discurso, sus temáticas, su visión de futuro, su entusiasmo por el arte digital. Su curiosidad por la luz, sus instalaciones, sus vestuarios, sus publicaciones, sus colaboraciones, su activismo...

 

Disfruté tanto de su maravillosa retrospectiva en el MUSA de la U de G. Incluso casi me compra unos grabados en el 2008, no lo hizo porque ya los había vendido a otra persona, pero eso me hizo tanta ilusión.

 

Gracias a ella aprendí que hay camino, y se puede recorrer con todas sus posibilidades.  

 

"Las dos Fridas de Lucía" lo pinté, porque cuando veo "Las dos Fridas" (Autorretrato doble de Frida), mis recuerdos se van a la obra de Lucía Maya, que vi en aquel libro,  cuando yo creía que dedicarse a pintar no era posible. Siempre he sido consciente que dedicarse a este oficio, implica asumir que la precariedad se puede asomar en cualquier momento, pero pintar es orgánico, no se puede evitar, y en cierta medida un acto de rebeldía o transgresor. Por eso la mano de Frida intenta detener la hemorragia igual que en su retrato, pero la sangre ya ha teñido su falda colonial y ha pintado algo que ahora considero de verdad rebelde y transgresor: "un manzano silvestre".

Lucía Maya sigue creando, planeando, editando, colectivizando el arte, pendiente del mundo, explorando y experimentando. Tener noticias de ella, me alegra y darme cuenta de que sigo pintando, también.





 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay Augusto ¡nunca esperé esto!
Es conmovedor para mí leerte y saber que pude inspirarte en el inicio de tu trayectoria.
Ojalá la vida me permita seguir creando hasta el último momento -No concibo mi vida de otra forma- y a ti también. Gracias por tus palabras inesperadas y llenas de cariño.