13 ene 2023

Canciones, toallas y albercas

Canciones, toallas y albercas. Acrílico, papel, lápiz, lápices de color sobre lienzo, 16 x 22 cm. Dedicado a Lizeis. Invierno del 2022. Y su precio es de 85€.

La primera vez que vi a Lizeth fue a lo lejos en la Prepa 5, ella estaba de visita. Tiempo después coincidimos en un concierto de Luis Ku en la Peña Cuicacalli o en La Peñita, no recuerdo bien. Unos años más tarde, cuando estudiaba en la universidad, fui a una fiesta en casa de Luis Ku donde también estaba ella. La guitarra pasaba de mano en mano y cuando llegó el turno de Lizeth, cantó varias canciones suyas, una de ellas hacía juego de palabras con el planeta "Marte" y "aMarte", la otra era una bossa nova que hablaba sobre una alberca y una toalla. Me gustaron sus melodías, las letras sencillas, ingeniosas y expresivas. Eran canciones muy buenas.

Poco antes de irme de Guadalajara, el último año que viví ahí, nos reencontramos, aunque no recuerdo cómo inició ese reencuentro. Pero convivimos mucho, quedábamos para hablar, para comer, yo iba a sus conciertos (tocaba en una banda de rock) y ella a mis presentaciones de la revista o a exposiciones. Esa temporada aprendí mucho de Lizeth, de su forma de pensar y trascurrir la vida y de su manera de "crear". Estudió filosofía y en ese momento trabajaba para una editorial. También en esa época hacía un café filosófico o algo así. 

Su departamento tenía alberca, me gustaba estar ahí, era un sitio muy agradable. Alguna vez me di un chapuzón. Me encantaba como el movimiento del agua se reflejaba en el techo de su sala - comedor. Me acuerdo que le pedí si me volvía a cantar aquella bossa nova que escuché en casa de Lui Ku, la de la toalla y la alberca... Pero no se acordaba bien, yo creo que no pasó de la primera estrofa, hacía tanto tiempo de eso.

Lizeth me ayudó con una serie de pinturas para la exposición de "Todo lo demás que no ves" en el Caf-Eco en mayo del 2007 y después utilicé ese mismo nombre, como título para mi blog.

De las últimas cosas que hice antes de irme de Guadalajara, fue pasar a despedirme de ella a su trabajo en la editorial. Le llevé de regalo una libreta de las que me hacía en las copisterías, que era formato media carta, con las hojas agrupadas y engargoladas. Un lápiz HB o 6B y una goma de borrar. Sus regalos para mi, fueron una preciosa caja de cerillas pintada por ella y el disco de "Eco" de Jorge Drexler.

Lizeth, siempre dibujó. Y dibujó tanto hasta firmar como Lizeis. En la distancia he seguido su trabajo. Sus dibujos, sus historias, filosóficas como siempre, profundas, con gracia, cotidianas, emotivas, tiernas, punketas y reflexivas. Están ahí para decirnos que una viñeta puede contener el universo, ser eterna, atómica, diminuta, suceder en una azotea, o ser una canción.

Canciones, toallas y albercas, es en recuerdo de ese paréntesis filosófico que encontrabas al cruzar la avenida Unión, en la colonia Americana, esa piscina entre jardines y bajo el cielo de Guadalajara, que era refrescante como las ideas de Lizeis, su forma de dibujar el mundo y de decirlo. Debía estar marte, y el verbo nadar. Las estrellas sobre el jardín y flotando en el agua, son para recordar que como arriba es abajo.

La toalla no la puse, porque la que nada, la olvidó, como aquella canción que nunca más volveré a escuchar.



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