31 mar 2023

Buhigas va

Buhigas va, acrílico sobre lienzo, 16 x 22 cm. Dedicado a pintora canadiense que no sé su nombre. Invierno del 2023. Y su precio es de 85€

La escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara está en el centro de la ciudad, es un espacio inspirador, ha sido muy importante en el transcurrir de la vida artística y cultural de todos y todas. Yo estudié en ese Centro Universitario la carrera de Arquitectura, en los edificios que están en la Barranca de Huentitán, pero algunas asignaturas optativas podías hacerlas ahí.

Aunque a esa escuela siempre podías encontrar un buen motivo para visitarla. Ya llevaban tiempo con un programa de intercambio de estudiantes, por lo que pude conocer pintoras españolas, chilenos y una canadiense que me impresionó mucho. 

En la azotea de esa escuela sucedían muchas cosas, también había aulas y algunos talleres para pintar. Ahí arriba estaba ella, era una pintora joven, seguro que teníamos la misma edad, un año arriba un año abajo. Venía de algún lugar de Canadá. Pintaba un cuadro de gran formato, en la escena había un hombre joven, moreno, guapo, de ojos claros y con una sonrisa tímida. Estaba sentado en un sofá. Alrededor de él flotaban decenas de rosas vistas desde arriba, solo se veía la flor no el tallo, eran de distintos tamaños, todo pintado con muy buena técnica y realista, no excesivo, pero sí muy preciso.

El sofá que pintaba estaba ahí dentro del taller, y muchas fotos del modelo también. Era un albañil que trabajaba en las reformas que hacían en alguna fachada de la Escuela de Artes Plásticas.

Ella hablaba un poco de español y yo un poco de inglés así que con nuestros pocos nos pudimos comunicar. Le pregunté por los motivos del cuadro que estaba pintando,  y me explicó de manera muy atenta: que eligió al modelo porque le pareció un hombre hermoso, le pidió permiso para hacerle fotos y le explicó que lo pintaría, él accedió. Como en las fotos estaba sentando descansando de su jornada laboral y fumando, decidió sentarlo en el sofá destartalado que había dentro del taller, y las rosas flotando las puso porque le recordaban a Guadalajara.

En México según mi experiencia, crecemos dentro del racismo, desarrollando el colonialismo y el clasismo que heredamos, en cada uno de nuestros actos. Hay frases que ejemplifican eso como: "mejorar la raza", que quiere decir que hay que aspirar a que las generaciones venideras sean más blancas y se ajusten a parámetros físicos europeos, ojos "claros", pelo "claro" y facciones "europeas blancas". El hecho de que yo haya estudiado arquitectura implica ascender en las clases sociales y en muchas ocasiones se me cuestionó practicar o trabajar en otros oficios que "se supone los arquitectos no debemos hacer". Cuando ves gente pidiendo en la calle, es común escuchar: "Están así porque quieren" o "Son unos huevones". 

Aquel joven trabajaba de albañil, o incluso en un puesto de subordinado, seguramente era ayudante de albañil, tenía la piel morena, vivía en un barrio popular, o venía de algún pueblo cercano a la ciudad... Eso me hacía preguntarme y preguntarle a ella por qué lo había pintado. Nuestro racismo y clasismo me pesa tanto, y todos los días trabajo por quitármelo. Eso es lo que aprendí de la pintora canadiense y de su hermoso cuadro, de la que después de buscar y rebuscar no pude encontrar su nombre.

"Buhigas va" lo pinté emulando a aquel joven albañil, pero Buhigas no se dedicó a la construcción, fue obrero compañero de mi suegro. Era lo que llamaban "el chico de los recados", he escuchado referirse a él de maneras que no me gustan. Es la segunda vez que lo pinto, porque me parece un ser hermoso, que ha pasado por el mundo con sencillez y sin hacer daño a nadie. Le gusta ir a diario y varias veces a la estación de trenes a mirar como van y vienen. Cada vez más viejo, más encorvado, con más dificultades para caminar y más lleno de ternura. Las xestas flotan a su alrededor, esas flores que me recuerdan a Galicia, como aquellas rosas que a ella, le recordaban a Guadalajara.





 

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