18 nov 2022

Esperar el tren

Esperar el tren. Acrílico sobre lienzo, 22 x 16 cm. Dedicado a Diana Martín. Verano del 2022. Y su precio es de 85€.

Dibujar o pintar también es una manera de contar historias, es un soporte más de narrativa, pero mi colega Diana Martín Segura, durante mucho tiempo (no sé si ahora) lo hacía literalmente. Sus proyectos expositivos eran historias escritas, cuentos que después ilustraba, primero lo hacía en papel y con lápices o carbones, eran dibujos que enmarcaba y exponía junto con el texto correspondiente. Sus temáticas eran fantásticas y con una fuerte carga social.

Tenía una importante influencia del cómic y la novela gráfica. Así que cada exposición suya era como leer un libro. Con el tiempo nos fuimos haciendo colegas, buenas colegas. 

Cuando ves el trabajo de una artista, aprendes, pero cuando convives con ella, aprendes mucho más. Diana y yo participamos en muchos proyectos colectivos juntas, incluso mi última exposición individual en Guadalajara, México, la hicimos al mismo tiempo en la Galería Ruiz Rojo. 

Vi como ella pasó poco a poco de la gráfica en blanco y negro, a un poco de color, a mucho color y después a cambiar el papel por lienzos coloridos. Me parece que ahora ha vuelto al blanco y negro. El conocimiento colectivo me encanta, y con Diana pude vivirlo, porque sus descubrimientos, los compartía. Además es una gran conversadora.

Haciendo la Revista Casiopea conocí a mucha gente y entramos en todos los espacios que nos propusimos, e incluso repetimos, como nos pasó con la FIL, la feria del libro en Guadalajara. El trato que hicimos con la gente de la Feria, consistió en intercambiar un mural para los comedores de la zona infantil, por un salón para presentar la revista, un stand y acreditaciones profesionales. Diana fue parte importante de esos murales. En especial del segundo que prácticamente ella dirigió el trabajo. 

Recuerdo que me dijo, "sabes cómo hago las texturas del tejado, escribo palabras y frases ilegibles sobre él". Tiene muchos recursos, y junto a ella aprendí los de hacer texturas. Para mí fue muy especial, porque en ese entonces prefería los colores planos y gracias a sumergirme en el mundo de las texturas de Diana, acabé mirando con atención las texturas del mundo... O de la vida.

Esperar el tren, en sí mismo es una historia que me fascina. Gente que espera al tren, gente que esperó al tren, la que llega, la que no llega. Personas maravillosas como Buhigas que solo va a mirarlo pasar. O cuando el dinero de su pensión le alcanzaba, se iba a Vigo de ida y vuelta, y ahí arriba, a las 21hrs exactas, sacaba su "cuernito" y se lo comía con prisa, en una competición contra el reloj. 

Como dice la canción de "Nómadas" de "La MODA": Te sientes vivo... en el andén... Esa sensación de no haber perdido tu tren.

Y recordé las texturas de Diana, pero también mi renuncia a las texturas, y como todo se mezcla. El metal de los rieles, lo áspero de la grava, el andén liso e impoluto, los muros húmedos y grafiteados, detrás un prado con ovejas, cabras y caballos. Por ese elegí ese lugar, ahí suceden bellas historias, a veces difíciles o fantásticas. Como las de Diana.





 

 

 

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